Cempasúchil, la flor del reencuentro

LA HISTORIA
La flor de Cempasúchil es originaria de México y su nombre proviene del náhuatl “Cempohualxochitl” que significa “veinte flores” o “varias flores”. La caracteriza su hermoso color naranja encendido e intenso aroma.
Los historiadores han encontrado en algunos códices de la época prehispánica el uso de esta flor en ofrendas junto con comida, en fechas cercanas a lo que equivaldría hoy, al 2 de noviembre, y simbolizaba la terminación del ciclo agrícola y estacional e inicio del invierno. De junio a septiembre, durante el Miccailhuitontli o fiesta de los muertitos, se utilizaban flores de Cempoalxóchitl en forma de racimos, guirnaldas, cadenas, estandartes, ya fuera para ofrecer a personas importantes o para adornar patios, estatuas en los templos y nichos en las casas. Para finales de octubre y noviembre, durante el teotleco, tepeílhuitl y quecholli, se recordaba y festejaba a los muertos (adultos) en las tumbas, pero no se utilizaba el Cempoalxóchitl. Sí se cultivaba, pero no se dedicaba a la muerte. Con la llegada de los conquistadores, los españoles empalmaron las fechas de las celebraciones, y es así como hoy los días de muertos son el 1 y 2 de noviembre y las flores del sol fueron incluidas dentro de los elementos que adornan las ofrendas.
A LOS SERES AMADOS
Afortunadamente, hoy en día, el otoño, sigue generando una gran ilusión a los mexicanos de todas las edades por crear un espacio para reencontrarse con aquellos seres amados que ya no están en este plano físico. Es en estas fechas cuando se les rinde un homenaje, que va más allá de una tradición o ritual. Es el momento real de volver a sentirlos, recordarlos y compartir con ellos una noche completa y especial. Es la ocasión para decirles que se les extraña y añora.
Algunos de estos seres, pudieron vivir muy poco como los bebés o niños, o pudieron llegar a la vejez, pero todos y cada uno de ellos cumplieron un propósito en la tierra y merecen ser festejados por el solo hecho de encarnar.
Una forma de demostrarles el amor es ayudándoles a encontrar el camino al sitio sagrado, que ha sido preparado para ellos por familiares y amigos, con la flor de Cempasúchil. El paisaje en los campos mexicanos para estas fechas es de fantasía, con caminos de estas resplandecientes flores desde las casas o ranchos hasta los cementerios, los cuales también están llenos de estos pequeños soles, iluminando y llenando de luz la noche. En la ciudad se hacen ofrendas, donde solo con la presencia de la flor del reencuentro, genera en el espíritu de los homenajeados vibraciones de amor y luz, sintiéndose amados y esperados.
Conectarse con las flores desde el alma, pidiendo que con su exquisito aroma envuelva a al ser querido para darle la bienvenida, hará que sea una noche mágica y única.
Con esta flor, se honran los ancestros, se recuerdan los niños, bebés y jóvenes que se fueron muy pronto y se agradece a los adultos fallecidos por su existencia.
Contamos con la maceta altar que hará en estas fechas la mejor opción para honrar a esos seres queridos. Contáctanos.








